Parabatai
Querida
Emma:
Espero
que estés bien allí en México junto a Cristina. Dicen que siempre hace buen
tiempo por esa zona, y que la gente suele estar todo el día en la playa… Sé lo
mucho que te gusta la playa, no dudo en que la visitarás más veces de las que
deberías, o que te escabullarás alguna vez cuando tengas que entrenar para
ir a mojarte los pies. Ojalá pudiera estar allí contigo… Dile a
Cristina que Mark la echa de menos, y que pronto le escribirá, le estoy
insistiendo a ello, solo que últimamente no se separa de Helen, ya que han
vuelto, ambos están poniéndose al día de todo.
En
realidad, ahora que los dos están en casa y no se volverán a ir, pasamos todo
el tiempo juntos. Ty ha vuelto a hablar menos y por las noches le dan ataques
de ansiedad y apenas consigue dormir. Noto en su mirada un dolor tan profundo
que me rompe por dentro, más aún… Me quedo todas las noches en su puerta
leyendo hasta que las pesadillas le despiertan, entro para calmarle y cuando
vuelve a respirar con normalidad, Kit se cuela en la habitación para que vuelva
a intentar dormirse y le lee en voz alta para que no se sienta solo. No le dejo
que en ningún momento esté solo y me alegra que tenga esa gran amistad con Kit
cuando creía que no se llevarían bien el primer día, pero sospecho que es algo
más que amistad, lo noto cuando les veo mirarse. Ty no ha mirado así a nadie,
excepto a… Pero era más orgullo, compresión, ese vínculo que solo compartían
ellos…
En
fin, Tavvy sí que no deja hablar a todas horas. Y créeme cuando te digo a todas
horas, solamente calla cuando duerme y menos mal. No quiero imaginármelo también
hablando en sueños, mi cabeza no lo aguantaría. Principalmente todos los días
me recuerda que quiere volver a ver a sus amigos Max y Rafe, y yo todos los
días le digo que pronto volverá a verlos. Pero en realidad no sé cuándo será, Magnus
y Alec han vuelto a New York, Magnus parece que no mejora, y al parecer todos
los brujos están igual sin saber qué hacer.
Por
suerte, ahora no tengo que estar tanto tiempo detrás de él, me siento más
aliviado con Helen y Mark aquí en casa. Es como quitarse un peso enorme de los
hombros, pero hay algo que me sigue anclando a estar pendiente de todos ellos a
todas horas. Supongo que es la costumbre, el deber de tantos años…
Dru
también me preocupa, se lleva todo el tiempo encerrada en su habitación, solo
sale para comer y apenas quiere hablar con nosotros. Supongo que cada uno lleva
el dolor a su manera pero con ella es como si no hubiera forma de sacarle algo.
Al menos Ty llora o tiene esos ataques, pero a ella no sé lo que le pasa… Me
digo que quizás es la edad, pero en el fondo sé que no.
Todos
notamos su ausencia, a veces creo que oigo su risa por el pasillo, pero luego
me doy cuenta de que está en mi imaginación. O cuando los veo a todos en la
mesa o en el jardín, sigo esperando a que aparezca ella, pero luego caigo en que
no lo hará. Y cuando eso pasa, vuelvo a sentir ese puñal frío en el pecho y
recuerdo su cara entre mis brazos mientras intentaba formar una palabra.
No
es justo Emma. No es justo que ella no está con nosotros y tampoco esté tú.
¿Por qué te has tenido que ir? ¿Por qué me has tenido que dejar tú también? Te
dije que no lo hicieras, que podríamos con esto… Y ahora me siento tan, tan solo…
¿Lo sientes Emma? ¿Sientes la runa parabatai latiendo cuando pienso en ti?
Porque ahora mismo, mientras escribo esta carta y pienso en ti la noto arder en
mi piel. Me quema tanto que creo que comenzaré a arder y acabaré hecho cenizas
por ti. Creo que me estoy volviendo loco Emma, todas las noches después de
calmar a Ty subo al ático para pintar. Pero lo único que el pincel consigue
dibujar es tu cara. Creo que si te dibujo no te olvidaré, por eso creo que intento
recordarte a todas horas. Temo el momento en el que intente imaginarte y ya no
sepa cómo es tu rostro.
Intento
recordar tu pelo volviéndose casi blanco cuando le dan los rayos de sol,
intento recordar las arruguitas que se formaban en tus ojos marrones cuando
sonreías. Intento recordar esos labios que me encantaban be que me
sonreían antes de decirte lo que estaba pensando porque tú ya lo sabías.
Tengo
que admitir que a veces comienzo a dibujar sobre mi piel nuestro lenguaje
secreto, así creo que quién me lo hace eres tú, y que cuando abra los ojos
estarás a mi lado intentando consolarme mientras lloro alguna que otra noche.
A
veces pienso que ojalá pase algo gordo, que un demonio invencible sacuda Los
Ángeles y nosotros no podamos con él solo y que el Consejo te pida que regreses
para que nos ayudéis con él y así no vuelvas a irte nunca más. Porque de
verdad, no soportaría volver a verte marchar. Si vuelves algún día, si te veo
en Alicante alguna vez, no permitiré que te aparten nunca más de mi lado Emma.
Nunca.
Espero
que algún día quieras regresar, por favor Emma, piénsalo. Todos te echan de
menos, ya es bastante duro saber que Livvy nunca volverá, pero tú… tú puedes
hacerlo aún. Piénsalo Emma.
Saluda
a Cristina de mi parte y la de todos, espero que esté disfrutando de nuevo en
su ciudad junto a su familia.
Te
quiere,
Tu
parabatai Jules
Comentarios
Publicar un comentario